viernes, 28 de noviembre de 2008

Escucha

En el pecho se encierran las palabras
cuando los pensamientos
invaden el vacio corazón.

Sentir la oscuridad en el día,
no es algo común,
como no lo es el percibir el dolor
que en cada uno reside.

Deten por un momento tu mente,
descubrirás que el mundo grita,
buscando compresión,
duda, miedo o dolor.

Hay demasiados espacios vacios,
miradas perdidas,
decepciones o injusticias
que se acumulan en el vacio.

Lentamente vamos perdiendo la vista,
y dejamos de ver los abrazos, 
las miradas y los encuentros.

Si nos perdemos en la prisa
del momento siguiente,
no podremos atrapar la experiencia
del instante presente.

La tristeza brilla en los ojos,
de aquellos que el mundo olvidó,
y poco a poco ellos también
olvidaron al mundo.

Podemos perdernos en el olvido,
inventar una vía de escape
cerrando los ojos a lo que nos perturba
para vivir en nuestra pequeña soledad.

O podemos abrir un poco los ojos invisibles
para ver lo que no queremos creer,
y aunque el dolor nos inunde profundamente,
hacer lo que sea necesario
para silenciar el origen.

La memoria de nuestra esencia,
es nuestro último bastión,
recordemos lo que somos
y vivamos consecuentemente.

2 comentarios:

Alejandro Vargas dijo...

Que te puedo decir, está bien perro!!!

Sr. Javier dijo...

Y yo que te puedo decir.. gracias =)