domingo, 24 de abril de 2011

Comodidad

En nuestros días, es común que escuchemos la palabra comodidad.

Y pareciera el bien supremo alcanzar ese estado casi inamovible donde no hay lugar para el esfuerzo.

¿Pero verdaderamente estaremos destinados a vivir cómodamente?

Porque pensaba que justamente es en el vencimiento de nuestros propios límites donde encontramos la dicha de saber que hemos ido un poco más lejos que ayer.

En una caminata no sería posible avanzar sin el esfuerzo continuo de tus pasos sobre el camino.

Dicen que lo que no avanza, retrocede.

¿Nuestra sociedad avanza o retrocede?

Hoy unas líneas y mi fuerza de voluntad me llevaron a romper la comodidad y escribir de nuevo.

Las letras son como puertas a dimensiones que no conocemos y sin embargo, están ahí siempre, esperando ser descubiertas para darnos su regalo.

Palabras que son tesoros escondidos de hombres que enterraron su fortuna en los libros.

Y hoy me dieron ganas de seguir los pasos de los hombres que han dejado sus ideas por escrito para que las recordemos mucho tiempo después.

Me comprometo a luchar por un mundo menos cómodo, donde podamos encontrar el crecimiento al romper la inercia de un mundo decadente que parece derrumbarse en comodidad.