Hablar no es comunicar

Hablar no es comunicar porque las palabras pueden confundir sin decir nada, porque pueden existir mil razones para hablar que no sean las de establecer un vínculo de comunicación con alguien más.

Porque hablando pueden tejerse telarañas que enredan y atrapan las ideas. Hoy está de moda hablar, pareciera que entre más palabras se pronuncien, más se comunica, pero si las palabras van perdiendo su significado, se convierten en cáscaras vacías que ya no contienen esencia alguna y se genera solamente ruido.

Es muy fácil hablar y prometer, pero se no siempre existe el vínculo entre palabra y acción, podemos llegar a creer que no tienen vínculo alguno. Entonces las palabras pueden convertirse en armas letales, veneno y destrucción, pero pueden ser también caricias, versos o verdades.

Comunicar es generar puentes entre las almas, poder establecer un estrecho invisible entre los corazones y hacer que prevalezca la honestidad, la claridad y la verdad ante la prosperidad o la adversidad. Consiste también en escuchar, en permitir que el silencio se convierta en el receptor de las ideas y sentimientos que bailan al compás del dialogo y van formando melodías que construyen en conjunto el vínculo entre dos o más personas.

Hablando se puede huir o generar una barrera que no nos permite sumergirnos en el silencio comprensivo del que escucha, del que atento recibe para después encontrar las palabras adecuadas para expresar lo que contiene.

Para poder comunicarnos con los otros requerimos de conocernos, porque no se puede comunicar desde la ignorancia, porque el verdadero arte de la comunicación radica en descubrir las esencias y dejar que se manifiesten a través de nuestro dialogo.

Sigamos entonces buscando la verdad en todo lo que hagamos y eso nos permitirá cada vez comunicarnos con mayor honestidad y nos conducirá a encontrar los medios y los espacios adecuados para convertirnos en instrumentos bien afinados que puedan crear melodías en conjunto con otros.

Vínculos de esperanza

Los vínculos son como lazos invisibles que se forjan entre unos y otros. Algunos son débiles como telarañas que se lleva el viento, otros son como puentes por los que cruzamos frecuentemente.

Si nos vivimos solos, desconectados, entonces no tenemos la posibilidad del encuentro, de la reunión donde dos parecen solo uno. Donde un conjunto de personas pueden actuar más allá de sus propios intereses personales por el bien común.

Pregúntate frecuentemente si tus vínculos son fuertes o débiles y que estás haciendo con ellos.

Si no nos atrevemos a vincularnos cada vez más desde lo mejor de nosotros mismos con lo mejor del otro, sumaremos un poco más al egoísmo que nos separa cada día y que no nos permite encontrar nuestra humanidad.

En cada encuentro reside una esperanza. ¿Te atreves a tomar la oportunidad?

Duda

Me pregunto cuantos sueños habrá matado la duda, sueños que ni siquiera alcanzaron a ver la luz porque el miedo fue más grande que la ilusión.

Si nos detenemos a preguntarnos sobre quienes somos y que es lo que estamos haciendo, quizas encontremos que estamos dejando de existir al convertirnos en la sombra de algo que nunca fuimos ni seremos.

Extrañamos a los ausentes cuando no están, pero en ocasiones extrañamos a los que están cerca porque no nos permitimos romper la barrera que nos separa, incluso podemos extrañarnos a nosotros mismos cuando no nos damos el espacio para escuchar a nuestra mente y a nuestro corazón.

Deja la duda a un lado que de nada te sirve y sigue soñando alto hasta que llegues a donde siempre has querido regresar.

Regreso

Muchas veces vamos por la vida, buscando caminos para llegar a ningún lugar. Pensamos que debemos caminar mucho para alcanzar lo que nuestro interior anhela.

Pero no nos damos cuenta que el viaje comienza en nosotros mismos, que es necesario surcar los difíciles laberintos interiores para llegar al corazón. En el centro de nuestro ser nos encontramos con lo que somos y que nos grita por una oportunidad de manifestarse, pero inmersos en el ruido cotidiano, nos olvidamos de escuchar y sentir el latido de nuestro corazón.

Si quieres liberarte de las cadenas que te atan a la inmovilidad para recuperar la alegría y el gozo de estar vivo, comienza por escuchar las palabras que te susurra tu voz interior y vive entonces tratando de generar un puente entre tu corazón y el de los demás.

Soñar

Nunca te canses de soñar,
porque cuando se acaban los sueños,
se termina el porqué.

Lo difícil no es lograr lo que sueñas
sino mantenerte soñando cuando lo alcanzas.

Muchas veces te olvidas de soñar
para poder sobrevivir,
pero la realidad se construye
con lo que todavía no existe.

Atrévete a ver más allá de tu camino,
encontrarás otras veredas que abren,
decide desde tu ser y si te dicen: "prohibido",
cierra los ojos y sigue adelante.

Comodidad

En nuestros días, es común que escuchemos la palabra comodidad.

Y pareciera el bien supremo alcanzar ese estado casi inamovible donde no hay lugar para el esfuerzo.

¿Pero verdaderamente estaremos destinados a vivir cómodamente?

Porque pensaba que justamente es en el vencimiento de nuestros propios límites donde encontramos la dicha de saber que hemos ido un poco más lejos que ayer.

En una caminata no sería posible avanzar sin el esfuerzo continuo de tus pasos sobre el camino.

Dicen que lo que no avanza, retrocede.

¿Nuestra sociedad avanza o retrocede?

Hoy unas líneas y mi fuerza de voluntad me llevaron a romper la comodidad y escribir de nuevo.

Las letras son como puertas a dimensiones que no conocemos y sin embargo, están ahí siempre, esperando ser descubiertas para darnos su regalo.

Palabras que son tesoros escondidos de hombres que enterraron su fortuna en los libros.

Y hoy me dieron ganas de seguir los pasos de los hombres que han dejado sus ideas por escrito para que las recordemos mucho tiempo después.

Me comprometo a luchar por un mundo menos cómodo, donde podamos encontrar el crecimiento al romper la inercia de un mundo decadente que parece derrumbarse en comodidad.

Mi pueblo

En la plaza la vida parece más colorida y la música que narra la vida del pueblo, llena cada espacio con las alegres notas de una banda que toca en el antiguo kiosco que adorna el lugar, mientras los que escuchan viajan por lugares lejanos pero cercanos de nuestro país.

Las sonrisas de los niños al ver las nubes condensadas en un colorido algodón reflejan la alegría que viven las familias que pasean tranquilamente al caer la tarde.

Un anciano bebe lentamente recuerdos de las gastadas páginas de un viejo libro y el sonido de una fuente que juega con los pájaros hace música con el viento mientras los enamorados se miran en silencio.

El payaso cargando los globos que se convierten en sueños cuando llegan a las manos de una niña de mirada tenaz, mientras sus padres se dejan atrapar por los olores de los antojos que hacen sucumbir hasta los más estrictos paladares y saludan cortésmente a señor que vende un pedazo de cielo en un vaso de cartón.

Los árboles eternamente verdes son la casa de miles de seres que cantan al atardecer y propician la sombra que permite a los paseantes protegerse del sol que ya se oculta tras la Iglesia que despide el día al compás de las campanas que tocan los ángeles.

Y mientras la luna comienza a mostrarse sonriente en el horizonte, los establecimientos que rodean la calle, se llenan de amigos y amantes para compartir la vida acompañados de una taza de café con un pan dulce.

Al encenderse las estrellas junto con las farolas del parque, se enciende también la esperanza, de que nuestro país es y seguirá siendo una tierra mágica y sagrada, que permite que la vida se exprese dentro fuera de cada uno de nosotros.

Caminar

¿Cual es la distancia entre el miedo y el valor?

Cuando la certeza es tan grande como la duda,
y la prudencia se disfraza de miedo
o el arrojo de inquietud.

Hacen falta los ojos del alma,
para ver más allá de la densa niebla
que cubre tus pasos.

No hay decisión que no deje un camino vacío,
ni cambio que no produzca dolor.

Hoy la noche parece más fría
y las distancias parecen más lejanas,
pero siempre hay estrellas en la noche
y voces en el silencio.

Levántate y camina con pasos firmes,
no decidir es también una decisión.

Si mañana la muerte te llama,
que te encuentre,
con el corazón palpitante.

La vida es un camino sin retorno.

Homenaje

A ti, un humilde homenaje, por tus sonrisas y tu compañía, por tus besos, tus miradas y tu vida.

Apenas te conozco, pero siento que lo se todo de ti, porque en un abrazo podemos conocernos y ser quienes somos.

Ahora se que te amo, y no permitiría que la muerte separara lo que la vida y el destino han juntado.

Tu voz es la de un ángel, y yo agradezco tus regalos, porque te entregas en todo lo que haces.

Gracias

Puedo mirarte aunque estás lejos,y puedo sentirte y amarte cual sino hubiera existido el antes.

Sigamos caminando juntos, tómame de la mano que tu fuerza es la mía y somos juntos lo mejor de cada quien.

Acompáñame a las estrellas y que la complementariedad nos lleve más allá de nosotros mismos

Seré uno contigo y con todo lo demás porque la unidad no conoce fronteras.

Y de regalo esta noche, que no es mía, pero es de todos.

Te abrazo y se que me sientes cerca, porque te llevo en mi corazón.

La alegría mexicana

Música, baile, danza, color y comida.

Cuando un visitante toca nuestra tierra sagrada,
y se llena los pulmones del aire que ha visto nacer
las civilizaciones que perdurarán por siempre,
puede percibir también su alegría.

En la forma de un niño, que corre despreocupado,
por las calles de un pequeño pueblo,
o en la sonrisa de aquel que viaja en bicicleta
en la fresca mañana de Noviembre.

Los colores parecen ser más de los conocidos,
cuando se admiran en las telas de los típicos vestidos,
en los platillos suculentos del sur
o en la mirada profunda de sus viejos.

Los juguetes, mezcla de pasión y arte,
también te llenan la mirada y al observarlos detenidamente,
pudieras creer que van a perdurar por siempre.

En cada casa nunca falta un motivo,
para sacar algunas sillas, los mejores trajes
y disfrutar plácidamente la comida
al son del norte o del sur.

Y si la muerte la vemos cerca,
nunca faltan calaveras que hagan
hasta al más reservado reír.

En sus frutas, sus paisajes, en su gente
y en su vida, siempre puede encontrarse
la alegría que desborda y hasta hace al sol
brillar de manera especial.

En cada encuentro un saludo o un abrazo,
el mexicano no escatima el cariño.
Cada que puede roba un beso
o busca el brazo del amigo.

No es que no falten los problemas,
o que la vida sea un paseo por el edén,
sufrimos, lloramos y nos esforzamos,
pero de nada sirven las caras largas,
ni conocemos las risas forzadas.

Abre tu vista y descubrirás que vives rodeado de alegría,
¿Y si el universo ríe porque has tu de llorar?

Música, baile, danza, color y comida.

¡Viva México!