martes, 23 de diciembre de 2008

Incertidumbre

Existe el destino, la fatalidad y el azar; lo imprevisible y, por otro lado, lo que ya está determinado. Entonces como hay azar y como hay destino, filosofemos.
Séneca

Trascendencia, es una palabra que suena
demasiado grande, demasiado eterna,
y en el fondo desde el centro
resuena un llamado hasta ella.

A dejar huella en el mundo,
que no sea en vano el dolor,
ni las risas o el canto,
que el inmenso recuerdo nos abraze.

Aunque sea en invisible momentos,
permanecer más allá del tiempo,
pero no de piedra en monumento
o como un regalo a nosotros mismos.

Sino aquella entrega desinteresada,
que siendo tan ligera y desapegada,
se queda eternamente impregnada
en el aire que respiran todos.

Probar la eternidad en cada paso,
sentirnos uno aunque seamos dos.

¿Valdra la pena sacrificar la dicha,
por el deber de nuestro ser,
o será que nos perdemos de la felicidad
por querer construir ideas imposibles?

Hoy, la certeza no es mi compañera,
pero una pequeña chispa de entendimiento,
hará que de el salto al vacío
para tratar de encontrar quien soy.

Busca ser lo que de verdad eres,
y entonces no habrá espacio para la duda,
el miedo o la incertidumbre.

Si conozco quien soy, puedo serlo verdaderamente,
en cada una de mis potencialidades
reside el movimiento que me llevará hasta la armonía.

1 comentario:

Bern art. dijo...

hablando de la trascendencia y de las fechas... Jesus fué feliz? habrá que preguntarle. jeje

llevo toda la mañana entre letras y estoy algo saturado en éste momento, pero algo me dice que la libertad también es un elemento escencial de la felicidad y la trascendencia, que sin duda bailan de la mano una danza inseparable