domingo, 24 de agosto de 2008

Reencuentro

Aquella voz, que anima las letras
y danza con las ideas,
va dejando dentro de mí semillas,
que en dias propicios como hoy que llora el cielo,
deja crecer la inspiración
y me sumerge hasta lo más profundo de mi ser.

En los confines de la existencia
dejo de ser lo que soy
para pasar a ser lo que somos.

He descubierto de nuevo el valor de las pequeñas cosas,
que si logramos atrapar con el alma,
se convierten en eternos momentos
de gozo verdadero.

Estos días me han invitado a resistir,
a no perder la esperanza,
dentro de cada unos de nosotros
vive una pequeña luz
que nos guiará en las noches oscuras.

Y en lo lejano, cada estrella es una fuerza,
una mirada que nos invita a dejar de pensar en las piedras
que se anteponen al camino
y recordarnos que volar
es el destino del hombre
que se atreve a soñar.

Y paso de la voz al silencio
con una nota de agradecimiento.

2 comentarios:

Alejandro Vargas dijo...

Tu final me pareció estupendo. Adecuado, genial!

Sr. Javier dijo...

Gracias! quizas me faltaron los puntos suspensivos... =) Saludos