Ayer una lagrima cayó del cielo
y se posó en tus ojos.
Las nubes conspiraron
para robarte el Sol
y la luz se escodió
detrás de la tormenta.
Cenizas grises nublan
tu mirada pintando
de matices oscuros
el camino de tus pasos.
Pero en el cielo brillan
las estrellas divinas
y en la tierra las flores
te sonríen.
Deja correr tus lágrimas,
lava tus heridas con el fuego
que transforma en luz y calor
lo que está muerto.
Quema lo que te ata a la tierra,
transforma tus defectos en virtud,
verás subir el humo de tus sueños,
y abrirás tus alas al Destino.
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