Me encuentro a la vez tan libre y atrapado, encerrado en mi mismo en esta confusión.
¿Sera que el ser, en su existencia, nunca alcance la transparencia del manantial?
Y atrapados en el oleaje, vivamos tratando de distinguir algo de valor, para poder ser tranquilidad y dicha más allá de toda respiración.
Huracán de sentimientos, ideas que vuelan y otras que se posan en lo más profundo del corazón.
Por la vida vamos cargando, miedos y dudas tan antiguos como nuestro cuerpo o aún más, sin darnos cuenta vamos arrastrando nuestras propias mascarás para no ver nuestras posibilidades.
Entender de lo que eres capaz es peligroso, tanto como tener que llevar a cabo aquello que pudieras ser.
Cuando podamos desvanecer el espacio que separa nuestra existencia de nuestro yo en su mejor posibilidad, habremos alcanzado la paz.
Mientras exista la duda y el miedo, la desconfianza, deshonestidad y todo aquello que nos ata, seguiremos luchando por tener el valor de ser lo que somos.
Dejemos atrás lo que nos detiene y cumplamos nuestro pacto con el destino.
2 comentarios:
Grandes palabras, difícil encomienda, cosa de valientes diría yo. Y sé que tratandose de usted señor, se cuenta con ello.
Un abrazo y un beso.
Posibilidad.
¡Uff!
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