domingo, 1 de noviembre de 2009

Soñar

Hay sueños que te quitan el sueño, otros más que te dejan sin aliento y alteran tus sentidos. Algunos son pesadillas construidas con nuestros propios monstruos que nos persiguen las noches sin luna, pero hay otros sueños que son el comienzo de todo lo que has hecho. Todos al fin comparten al etereabilididad de las cosas que no podemos ver ni tocar, y sin embargo, a veces pesan más que nuestro cuerpo.

Hay días estériles de sueños, donde te conformas con recibir de los sentidos aquello que el mundo otorga, y las noches se vuelven oscuras porque no encuentras razones para dormirte ni levantarte.

Si pudieras detenerte y pensar que sueño fue el que te trajo hasta donde estás, quizás en las noches, cuando cierres los ojos, dejarás de buscar lo que no quieres y comenzarías por imaginar lo que te gustaría alcanzar.

De mapa a ciudad, de plano a construcción, de sueño a realización.

Un sueño está tan cerca de las cosas que no existen que a veces olvidamos soñar.

Y como las flores en invierno nos vamos marchitando, porque hemos perdido la luz que nos daba vida y color.

No importa si eres parte de un sueño o es el sueño el que parte de ti, pero recuerda que todo lo que existe es el resultado de un sueño.

¿Qué quieres soñar?